Saturday, August 22, 2009

La siguiente (cuarta) vez en Peru4teens: ‘La devolución (no revolución) que costó un imperio'.

Este último par de días fueron dedicados completamente a entrenamientos en la escuela donde trabajo (luego que la semana anterior fueron a nivel de distrito escolar) y han sido las primeras jornadas donde empecé a sentir los nervios de la vuelta a clases (como si fuera un alumno y no el profesor). Miércoles y jueves supusieron entonces el regreso a Davis y ayer viernes cayeron varios enanos exestudiantes míos para ayudar a dejar el salón listo. Se supone que debo ir también hoy a seguir con el trabajo (e iré) pero primero quiero evitar la fatiga.

Mientras decido que hacer, dejo la cuarta historia publicada para El Lado Oscuro de la Luna. La moraleja es no mezclar tragos a lo salvaje, sobre todo si es que tienes muy claro que hay chicas que están bebiendo alegremente contigo. El protagonista fue… (complete la frase).

J



La devolución (no revolución) que costó un imperio
(publicado originalmente el 9 de junio del 2 008)

Las frases ganadoras de esta madrugada son ‘Cuando llueven se mojan todos' y ‘Nadie se salva', pues continúo con el ritmo que empezamos hace tres historias (exceptuando la de Iron Maiden) sobre los sucesos que involucran a unos cuantos amigos (que podrían ser parte de tu ‘mancha' o de la mía). Espero que los lectores no se aburran del uso de algunos nombres recurrentes, pero hasta que quienes nos leen se animen a compartir sus propias historias escabrosas con nosotros, seguiremos echando mano de nuestros propios galanes de novela (bueno, de radionovela).

No recuerdo el mes exacto ni el año en que pasó esta triste aventura. Comprenderán que eso es algo terriblemente negativo, pero me dice mucho sobre la necesidad de escribir con urgencia acerca de las memorias... antes que desaparezcan de mi memoria.

Digamos que fue marzo del 2 005 o quizás julio del 2 004 (esta última versión me suena más coherente porque recuerdo haber lucido en esos mismos días mi recién adquirido y apretado polo de la Copa América) cuando mi entrañable amigo y compañero de viajes y aventuras, el Tristian, se hallaba de vacaciones en Lima, Perú junto a su extranjera novia/prometida de ese entonces. Yo rondaba también por nuestra ciudad de origen buscando salir de la rutina en la que Dallas sume, así que cuando - después de unas cuantas llamadas - aseguré una salidita nocturna con dos hermosas y jovencísimas hermanitas pucallpinas, C y V (creo que de 21 y 19 añitos en ese momento) pensé en el popular Arriolistian para que complete el cuarteto.
Yo ya había salido con ambas hermanas y mi propio hermano un año antes y el saldo había sido muy sano, pero positivo (sellando labios ajenos y propios), así que esperaba que aquellos 12 meses de diferencia desembocaran en una situación más propicia (al estilo de la, ya antigua, Serie Rosa). Siendo ellas también vecinas del eminente Polvo Libre, era fácil citarlas en las inmediaciones, y así lo hice. Desafortunadamente (para él), Tristian no supo, no pudo o no quiso desembarazarse de la compañía de la ‘mujer de su vida' de entonces y me tocó convocar al siguiente individuo de la lista, alguien que no me haría quedar mal (al menos eso creía), el Pier Jodián.

Casualmente, Tristian, su novia y Balín comían pollito a la brasa en uno de los buenos y cómodos lugarcitos de la Av. Sucre. Después de saber eso, recogí a las dos sensuales nenas del Oriente peruano afuera de su casa, no muy lejos de allí, y me dirigí con ellas a ver a los muchachos (el Pier también iría por allá). De las múltiples escenas que no olvidaré, la primera corresponde al rostro de mi compadre dirigiendo sus ojos desde la pierna de pollo que se engullía a otros dos pares de piernas... y de pechos... y de rabadillas...


Balín también estaba visiblemente impresionado por el buen gusto de su amigo Jota, pero - puesto que atravesaba una etapa de ‘arrugador' como él solo - ya me había confirmado su no participación en la magna noche que se avecinaba (bueno, además era domingo). Creo que, más bien, la flaca de Tris se hallaba un tanto incómoda por exponer a estas chiquillas a la voracidad mal disimulada de su ‘pololo'. No recuerdo bien si es que pedí cerveza allí para empezarla y acompañar a los hambrientos amigos, pero, si fue así, no fueron muchas cajas, que diga... botellas. A los pocos minutos llegó el Sr. Jodián.

- ¡¡¡Hablen basuras!!!... ¡¡¡uyyyyyy (mmmfffffffffffffmmmmmm, mirándo a las chicas de reojo y luego a mí)!!!... señoritas, muy buenas noches, ¿cómo les va hoy? (una cortesía muy ‘natural', al mejor estilo del Dr. Jeckyl y Mr. Hyde).


- ¿Cómo estás, delincuente? Mira, te presento a C y a V. Esta cosa es mi amigo el Pier Jodián.

- ¡Ahhhhhhhhhhhhh! ¿Tú eres el famoso Pier Jodián? ¡Obrajillo (mi hermano) nos ha hablado un montón de ti!
- Bueno, seguro han sido sólo cosas buenas, ¿verdad? Mi nombre es J.L.

Al ratito nomás nos paramos todos, dispuestos - algunos - a empezar la noche mientras a otros se los llevaban con una cadena del tamaño como las que sostienen el ancla del monitor Huáscar. La segunda escena de rigor vino del mismo personaje: Tristian derramando asolapadas lágrimas de frustración y coraje mientras abandonaba la escena y estiraba los brazos con la ilusión de quedarse en lugar del Pier. Nosotros cuatro levantamos los brazos para despedirnos y, de paso, detener un taxi rumbo a Miraflores.
Instalados cómodamente en uno de los tantos barcitos de la calle Berlín, a la vuelta de la - cada vez venida a menos - ‘calle de la pizzas', empecé a ordenar cerveza, la única bebida de ‘bar' que consumo yo. Sin embargo, y teniendo al frente de mí a las encantadoras (pero demasiado deseables) hermanitas selváticas, quienes no se hacían bolas de beber abundantemente, se empezó a despertar el lado oscuro de mi luna (como en otras contadas ocasiones) dándome la idea de atiborrar la mesa de distintos brebajes y, así, asegurar (y acelerar), de parte de ellas, claro está, la gradual felicidad artificial que te produce la intoxicación alcohólica.



Con ese fin, propuse el plan de ordenar ‘shots', fuesen de tequila, vodka o ron. Parte de mi estrategia era, lógicamente, no tomármelos yo, poniendo de pretexto mi lacerante úlcera, la cual se abriría si es que se me ocurría tomar licor o simplemente ‘trago corto' (cosa que no estaba tan alejada de la realidad). Lástima que otra persona de la misma mesa, mucho menos femenina (y nada deseada), no se preocupó de seguir mi misma lógica. Así es: creo que el Pier se entusiasmó más que las charapitas al ver tantos tipos distintos de alcohol.

Fue horrible. Mientras yo me tomé un solo shot de vodka, Jodián se tomó como cuatro (y encima se servía de mi jarra de chela). Creo que le estaba tratando de seguir el ritmo a nuestras invitadas, pero se le pasó la mano. Lo peor fue que no dejó de chupar ni siquiera cuando ya V, bastante empilada, le ofrendó sus riquísimos labios para dedicarse a eternos besuqueos. A ella se la notaba muy entusiasmada y feliz de haber conocido al ‘famosísimo Pier Jodián' (y eso que no le pidió antecedentes policiales). Por mi parte, yo hacía lo mío con C. pues no se podía ‘hacer quedar mal a la raza' (como alguna vez dijo el Anfibio Jr. antes de desmayarse frente a un trago y a una chica). Como quien dice, todo estaba listo, oleado y sacramentado, faltando sólo ser ‘consumado'.


Pero no contaba con la astucia de mi compañero de batalla, quien acometía el suicidio de seguir libando distintos licores destinados a las gargantas de las féminas. Esperé a cierto momento en que los cuatros estábamos despegados (y las chicas distraídas) para, de cierta manera, recriminarle:

- ¡Oe, pedazo de huevón... toma tranquilo que ahorita vas a colapsar!

- ¿Qué estáshhh hablando, Jotita? ¡Eshhhtoy de la puta madreeee! (jugando trompo con las pupilas de sus ojos).

- Nada, tío. Ya estás zampoña. Dale suave nomás... si la cosa es estar parados y ellas no.

- ¡¡¡Nooooo, Joticaaaaaaaa!!! ¡A mí el trago no me hace nada, jajajajajaja... Yo soy el Pier Jodiánnnnnnnnnnnnn! (levantando los brazos mismo Horna después de ganar el Roland Garrós).

- Esteeeeeee... bueno, creo que la verdad debes parar un poco la mano.

- ¡¡¡Que yo soy el Pierrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr, carajo!!!

Después de ese interrumpido y poco provechoso diálogo, quiso volver a sus felices chapes con V (¿quien no?), pero esta vez ya de una manera soberanamente faltosa, pues además de los besos, empezó a tratar de recorrer (sin mucho éxito) otras zonas menos públicas de su acompañante. La bella flaquita, lógicamente, se molestó y empezó a alejarlo diciéndole que no se pase de la raya, pero el Pier estaba incontrolable, loco, con la cabeza latiéndole a 1 000 kilómetros por hora y no quiso dar su brazo a torcer. Ya cuando ella viró en dirección hacia mí y me exigió que tranquilice a mi camarada (con ecos de C, quien me pedía lo mismo), tuve que hacerlo y el hombre-pulpo se calmó como por arte de magia. Luego pasaron dos cosas: él se reclinó en su asiento, cerró los ojos... y empezó a roncar, y ella puso la cabeza boca abajo encima de sus brazos apoyada en la mesa... y empezó a roncar.

¿Y ahora que mierda hago?

Todo lo demás queda en el terreno de lo anecdótico, pues no me quedó otra que incorporar a los dos cadáveres (sobre todo a V) para subirlos en el mismo taxi que nos transportaría de regreso a Polvo Libre. C y yo cuidamos de su muy ebria hermanita mientras un orejón amigo viajaba en el asiento del frente. Durante el viaje, conversábamos si podríamos continuar la noche en otro bar luego de dejarla en casa... pero tal diálogo se vio brutalmente interrumpido por una voz tenebrosa que dijo ‘Señor (¡hip!), ¡pare el taxi por favoooooooor!' justo en la curva que sale de Vivanco hacia Sucre. Esa fue la siguiente poderosa escena de la noche: el Pier sacando la cabezota por la ventana y devolviendo desayunos, almuerzos, cenas y aperitivos de una semana en la vereda de mi (hasta ese instante) siempre limpio distrito.


Y creo que eso la terminó de matar a V, quien precisamente volvía en sí y preguntaba por su 'galán'.

- ¿Dónde está (¡hip!) Pier?

- ¡Buuuuuaaaagggggggggggggggggggggggggggggggggg!

- ¡Puajjjjjj! (¡hip!) ¡Olvídenlo! (volviendo a cerrar sus ojitos por las últimas siete cuadras que nos separaban de su casa)

Esta historia es hasta hoy tema recurrente en las conversaciones con los amigos. Nos muestra que en todas partes se cuecen habas y nadie está exento de cometer un terrible (y sumamente imbécil) error de criterio. Cuando llegamos a la casa de las hermanitas, V reaccionó y empezó a subir las escaleras luego que C le dijo que se quedaría conmigo (‘¿Estás segura? Bueno, ten cuidado', fue todo lo que escuché). La última postal feliz fue el Pier tratando inútilmente de subir los mismos escalones detrás de V porque, en su aturdimiento, pensaba que estaba en otro lado. Tuvimos que hacerle el pare, llevarlo de nuevo hasta Sucre y depositarlo en un taxi. Por otro lado, C y yo fuimos a seguir embriagándonos deliciosamente en una disco de La Marina.

Sé que el Pier aprendió su lección y el mismo error no lo cometerá dos veces. Esta crónica debe, seguro, recordárselo... tal y como los demás no nos cansamos de hacerlo. Bueno, de eso se trata, ¿no?

Claro, seguro que a nadie le interesa esto pero... la noche narrada tiene un final sumamente feliz. No lo duden.

J
Nota a pie de vagin… de página de hoy 22 de agosto del 2 009:

Hablando de vómitos, les dejo una tierna escena de la peor película de mi grupo cómico favorito (sí, los Monty Phyton de Inglaterra): ‘The Meaning of Life’, o simplemente ‘El sentido de la vida’. Conozcan a Mr. Creosote, quien come de más, pero no se hace bolas a la hora de hacer un poquito de espacio en su barriguita. Ojo, las escenas pueden ser chocantes. El otro ojo: inglés es recomendable pero no requerido para seguir la trama.

5 comments:

Un comentarista y la respuesta de Jota said...

escrito por C-MEN, junio 13, 2008

Interesante cronica la de Pier Jodian. Parece q le gusta tirar "you got flame" a lo Dalhsin de Street Fighter a este personaje por las calles de por si ya maltratadas de la pobre ciudad de Lima. Buena con el Pier Vomitian!!!
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escrito por Jota, junio 14, 2008

Gracias por comentar C-Men. Pense que la bandeja de comentarios se habia vuelto invisible al planeta. Me has hecho reir con tu supernintendesca vision de nuestro amigo Pier rechazando a sus enemigos con fuego salido de su boca y mezclado con locro de zapallo.

Gracias por visitar la pagina, bro. Pero recuerda... como nadie se salva... YOU'RE NEXT!!!

J

Tortuga Maldita said...

Que buitre! digo que cague de risa.Frase para recordar (y utilizar)" Esta cosa es mi amigo el Pier Jodián." (usar con amigos, camaradas, exes -sobre todo).

JOTA said...

Dime si te gusto... te gusto... te gusto!!! (a ritmo de Wilfrido Vargas y su diminuto instrumento musical... que sera de la vida de ese huevon?)

La frasecita cumplidora, no? Pensar que a lo largo de estos ultimos anhos he presentado a tanta gente asi... gente que luego me ponia cara de poto. Muy sensibles a la joda...

Me gustan los casos que nombras y en donde se podria decir sin aspavientos 'Te presento a esta cosa...' Jejejejeje...

J

Tortuga Maldita said...

cuando primero era "te presento a este papacito rico"...resulta en "te presento a esta cosa"ha habido un gran cambio de criterio mi querido Jotita.

Y si me gustó la crónica,tomando en cuenta los multiples cambios de mi vida, tomo menos, ya no fumo (nada) y deje de meterme porquerias farmacológicas (no preguntes) digamos que ando mas zanahoria que las mismas asi que bueno, una buena intoxicada -ajena-es divertida.

Pobre V, se nota que quedo cadaver y bien ahi con C.Enjoyable la cita eh? Provecho mi estimado.

JOTA said...

Mi querida Eternal Shine, esta historia ocurrio en un pasado distante (2 004, jajajaja) asi que tambien forma parte de una epoca en la que los excesos con sustancias intoxicantes eran el pan de cada dia durante mis visitas a Lima Limon. Ya las cosas no son asi (ni yo me la creo).

Siempre es positivo dejar de fumar y en buena hora si tambien tomas menos que antes. No preguntare nada mas sobre las otras adicciones, jejeje... aunque suena medio como estrella de rock, no?

Una existencia glamorosa como la suya siempre es y sera mas valiosa con menos vicios (y esto si es en serio, Marichan... me alegra mucho que te sientas mejor).

Que no te quede la MENOR duda que esa cita fue maeeeeeeeeeeeestra! Ojala aun estuviera en contacto con las charapiux... en fin. Pobre V, eso si... despertarse para ver a su galanazo botando espuma como Linda Blair no fue muy de salon.

J