Saturday, August 22, 2009

La siguiente (cuarta) vez en Peru4teens: ‘La devolución (no revolución) que costó un imperio'.

Este último par de días fueron dedicados completamente a entrenamientos en la escuela donde trabajo (luego que la semana anterior fueron a nivel de distrito escolar) y han sido las primeras jornadas donde empecé a sentir los nervios de la vuelta a clases (como si fuera un alumno y no el profesor). Miércoles y jueves supusieron entonces el regreso a Davis y ayer viernes cayeron varios enanos exestudiantes míos para ayudar a dejar el salón listo. Se supone que debo ir también hoy a seguir con el trabajo (e iré) pero primero quiero evitar la fatiga.

Mientras decido que hacer, dejo la cuarta historia publicada para El Lado Oscuro de la Luna. La moraleja es no mezclar tragos a lo salvaje, sobre todo si es que tienes muy claro que hay chicas que están bebiendo alegremente contigo. El protagonista fue… (complete la frase).

J



La devolución (no revolución) que costó un imperio
(publicado originalmente el 9 de junio del 2 008)

Las frases ganadoras de esta madrugada son ‘Cuando llueven se mojan todos' y ‘Nadie se salva', pues continúo con el ritmo que empezamos hace tres historias (exceptuando la de Iron Maiden) sobre los sucesos que involucran a unos cuantos amigos (que podrían ser parte de tu ‘mancha' o de la mía). Espero que los lectores no se aburran del uso de algunos nombres recurrentes, pero hasta que quienes nos leen se animen a compartir sus propias historias escabrosas con nosotros, seguiremos echando mano de nuestros propios galanes de novela (bueno, de radionovela).

No recuerdo el mes exacto ni el año en que pasó esta triste aventura. Comprenderán que eso es algo terriblemente negativo, pero me dice mucho sobre la necesidad de escribir con urgencia acerca de las memorias... antes que desaparezcan de mi memoria.

Digamos que fue marzo del 2 005 o quizás julio del 2 004 (esta última versión me suena más coherente porque recuerdo haber lucido en esos mismos días mi recién adquirido y apretado polo de la Copa América) cuando mi entrañable amigo y compañero de viajes y aventuras, el Tristian, se hallaba de vacaciones en Lima, Perú junto a su extranjera novia/prometida de ese entonces. Yo rondaba también por nuestra ciudad de origen buscando salir de la rutina en la que Dallas sume, así que cuando - después de unas cuantas llamadas - aseguré una salidita nocturna con dos hermosas y jovencísimas hermanitas pucallpinas, C y V (creo que de 21 y 19 añitos en ese momento) pensé en el popular Arriolistian para que complete el cuarteto.
Yo ya había salido con ambas hermanas y mi propio hermano un año antes y el saldo había sido muy sano, pero positivo (sellando labios ajenos y propios), así que esperaba que aquellos 12 meses de diferencia desembocaran en una situación más propicia (al estilo de la, ya antigua, Serie Rosa). Siendo ellas también vecinas del eminente Polvo Libre, era fácil citarlas en las inmediaciones, y así lo hice. Desafortunadamente (para él), Tristian no supo, no pudo o no quiso desembarazarse de la compañía de la ‘mujer de su vida' de entonces y me tocó convocar al siguiente individuo de la lista, alguien que no me haría quedar mal (al menos eso creía), el Pier Jodián.

Casualmente, Tristian, su novia y Balín comían pollito a la brasa en uno de los buenos y cómodos lugarcitos de la Av. Sucre. Después de saber eso, recogí a las dos sensuales nenas del Oriente peruano afuera de su casa, no muy lejos de allí, y me dirigí con ellas a ver a los muchachos (el Pier también iría por allá). De las múltiples escenas que no olvidaré, la primera corresponde al rostro de mi compadre dirigiendo sus ojos desde la pierna de pollo que se engullía a otros dos pares de piernas... y de pechos... y de rabadillas...


Balín también estaba visiblemente impresionado por el buen gusto de su amigo Jota, pero - puesto que atravesaba una etapa de ‘arrugador' como él solo - ya me había confirmado su no participación en la magna noche que se avecinaba (bueno, además era domingo). Creo que, más bien, la flaca de Tris se hallaba un tanto incómoda por exponer a estas chiquillas a la voracidad mal disimulada de su ‘pololo'. No recuerdo bien si es que pedí cerveza allí para empezarla y acompañar a los hambrientos amigos, pero, si fue así, no fueron muchas cajas, que diga... botellas. A los pocos minutos llegó el Sr. Jodián.

- ¡¡¡Hablen basuras!!!... ¡¡¡uyyyyyy (mmmfffffffffffffmmmmmm, mirándo a las chicas de reojo y luego a mí)!!!... señoritas, muy buenas noches, ¿cómo les va hoy? (una cortesía muy ‘natural', al mejor estilo del Dr. Jeckyl y Mr. Hyde).


- ¿Cómo estás, delincuente? Mira, te presento a C y a V. Esta cosa es mi amigo el Pier Jodián.

- ¡Ahhhhhhhhhhhhh! ¿Tú eres el famoso Pier Jodián? ¡Obrajillo (mi hermano) nos ha hablado un montón de ti!
- Bueno, seguro han sido sólo cosas buenas, ¿verdad? Mi nombre es J.L.

Al ratito nomás nos paramos todos, dispuestos - algunos - a empezar la noche mientras a otros se los llevaban con una cadena del tamaño como las que sostienen el ancla del monitor Huáscar. La segunda escena de rigor vino del mismo personaje: Tristian derramando asolapadas lágrimas de frustración y coraje mientras abandonaba la escena y estiraba los brazos con la ilusión de quedarse en lugar del Pier. Nosotros cuatro levantamos los brazos para despedirnos y, de paso, detener un taxi rumbo a Miraflores.
Instalados cómodamente en uno de los tantos barcitos de la calle Berlín, a la vuelta de la - cada vez venida a menos - ‘calle de la pizzas', empecé a ordenar cerveza, la única bebida de ‘bar' que consumo yo. Sin embargo, y teniendo al frente de mí a las encantadoras (pero demasiado deseables) hermanitas selváticas, quienes no se hacían bolas de beber abundantemente, se empezó a despertar el lado oscuro de mi luna (como en otras contadas ocasiones) dándome la idea de atiborrar la mesa de distintos brebajes y, así, asegurar (y acelerar), de parte de ellas, claro está, la gradual felicidad artificial que te produce la intoxicación alcohólica.



Con ese fin, propuse el plan de ordenar ‘shots', fuesen de tequila, vodka o ron. Parte de mi estrategia era, lógicamente, no tomármelos yo, poniendo de pretexto mi lacerante úlcera, la cual se abriría si es que se me ocurría tomar licor o simplemente ‘trago corto' (cosa que no estaba tan alejada de la realidad). Lástima que otra persona de la misma mesa, mucho menos femenina (y nada deseada), no se preocupó de seguir mi misma lógica. Así es: creo que el Pier se entusiasmó más que las charapitas al ver tantos tipos distintos de alcohol.

Fue horrible. Mientras yo me tomé un solo shot de vodka, Jodián se tomó como cuatro (y encima se servía de mi jarra de chela). Creo que le estaba tratando de seguir el ritmo a nuestras invitadas, pero se le pasó la mano. Lo peor fue que no dejó de chupar ni siquiera cuando ya V, bastante empilada, le ofrendó sus riquísimos labios para dedicarse a eternos besuqueos. A ella se la notaba muy entusiasmada y feliz de haber conocido al ‘famosísimo Pier Jodián' (y eso que no le pidió antecedentes policiales). Por mi parte, yo hacía lo mío con C. pues no se podía ‘hacer quedar mal a la raza' (como alguna vez dijo el Anfibio Jr. antes de desmayarse frente a un trago y a una chica). Como quien dice, todo estaba listo, oleado y sacramentado, faltando sólo ser ‘consumado'.


Pero no contaba con la astucia de mi compañero de batalla, quien acometía el suicidio de seguir libando distintos licores destinados a las gargantas de las féminas. Esperé a cierto momento en que los cuatros estábamos despegados (y las chicas distraídas) para, de cierta manera, recriminarle:

- ¡Oe, pedazo de huevón... toma tranquilo que ahorita vas a colapsar!

- ¿Qué estáshhh hablando, Jotita? ¡Eshhhtoy de la puta madreeee! (jugando trompo con las pupilas de sus ojos).

- Nada, tío. Ya estás zampoña. Dale suave nomás... si la cosa es estar parados y ellas no.

- ¡¡¡Nooooo, Joticaaaaaaaa!!! ¡A mí el trago no me hace nada, jajajajajaja... Yo soy el Pier Jodiánnnnnnnnnnnnn! (levantando los brazos mismo Horna después de ganar el Roland Garrós).

- Esteeeeeee... bueno, creo que la verdad debes parar un poco la mano.

- ¡¡¡Que yo soy el Pierrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr, carajo!!!

Después de ese interrumpido y poco provechoso diálogo, quiso volver a sus felices chapes con V (¿quien no?), pero esta vez ya de una manera soberanamente faltosa, pues además de los besos, empezó a tratar de recorrer (sin mucho éxito) otras zonas menos públicas de su acompañante. La bella flaquita, lógicamente, se molestó y empezó a alejarlo diciéndole que no se pase de la raya, pero el Pier estaba incontrolable, loco, con la cabeza latiéndole a 1 000 kilómetros por hora y no quiso dar su brazo a torcer. Ya cuando ella viró en dirección hacia mí y me exigió que tranquilice a mi camarada (con ecos de C, quien me pedía lo mismo), tuve que hacerlo y el hombre-pulpo se calmó como por arte de magia. Luego pasaron dos cosas: él se reclinó en su asiento, cerró los ojos... y empezó a roncar, y ella puso la cabeza boca abajo encima de sus brazos apoyada en la mesa... y empezó a roncar.

¿Y ahora que mierda hago?

Todo lo demás queda en el terreno de lo anecdótico, pues no me quedó otra que incorporar a los dos cadáveres (sobre todo a V) para subirlos en el mismo taxi que nos transportaría de regreso a Polvo Libre. C y yo cuidamos de su muy ebria hermanita mientras un orejón amigo viajaba en el asiento del frente. Durante el viaje, conversábamos si podríamos continuar la noche en otro bar luego de dejarla en casa... pero tal diálogo se vio brutalmente interrumpido por una voz tenebrosa que dijo ‘Señor (¡hip!), ¡pare el taxi por favoooooooor!' justo en la curva que sale de Vivanco hacia Sucre. Esa fue la siguiente poderosa escena de la noche: el Pier sacando la cabezota por la ventana y devolviendo desayunos, almuerzos, cenas y aperitivos de una semana en la vereda de mi (hasta ese instante) siempre limpio distrito.


Y creo que eso la terminó de matar a V, quien precisamente volvía en sí y preguntaba por su 'galán'.

- ¿Dónde está (¡hip!) Pier?

- ¡Buuuuuaaaagggggggggggggggggggggggggggggggggg!

- ¡Puajjjjjj! (¡hip!) ¡Olvídenlo! (volviendo a cerrar sus ojitos por las últimas siete cuadras que nos separaban de su casa)

Esta historia es hasta hoy tema recurrente en las conversaciones con los amigos. Nos muestra que en todas partes se cuecen habas y nadie está exento de cometer un terrible (y sumamente imbécil) error de criterio. Cuando llegamos a la casa de las hermanitas, V reaccionó y empezó a subir las escaleras luego que C le dijo que se quedaría conmigo (‘¿Estás segura? Bueno, ten cuidado', fue todo lo que escuché). La última postal feliz fue el Pier tratando inútilmente de subir los mismos escalones detrás de V porque, en su aturdimiento, pensaba que estaba en otro lado. Tuvimos que hacerle el pare, llevarlo de nuevo hasta Sucre y depositarlo en un taxi. Por otro lado, C y yo fuimos a seguir embriagándonos deliciosamente en una disco de La Marina.

Sé que el Pier aprendió su lección y el mismo error no lo cometerá dos veces. Esta crónica debe, seguro, recordárselo... tal y como los demás no nos cansamos de hacerlo. Bueno, de eso se trata, ¿no?

Claro, seguro que a nadie le interesa esto pero... la noche narrada tiene un final sumamente feliz. No lo duden.

J
Nota a pie de vagin… de página de hoy 22 de agosto del 2 009:

Hablando de vómitos, les dejo una tierna escena de la peor película de mi grupo cómico favorito (sí, los Monty Phyton de Inglaterra): ‘The Meaning of Life’, o simplemente ‘El sentido de la vida’. Conozcan a Mr. Creosote, quien come de más, pero no se hace bolas a la hora de hacer un poquito de espacio en su barriguita. Ojo, las escenas pueden ser chocantes. El otro ojo: inglés es recomendable pero no requerido para seguir la trama.

Thursday, August 13, 2009

La tercera (no es el nombre de un periódico) historia para El Lado Oscuro de la Luna: ‘¡Más grande que Jarrambo o Jarrocky!’.

Esta breve interrupción de días se ha debido a que a partir de esta semana estoy oficialmente en entrenamientos con miras al nuevo año escolar 2 009 – 2 010 (recuerden que empezamos en agosto y terminamos en mayo del próximo calendario… a la usanza de los torneos de fútbol europeos). Una curiosidad es que esta es mi primera vez - en siete años de profesor - tomando estas horas (obligatorias para mi distrito escolar) durante el verano (tiempo oficial) en lugar de hacerlo en noviembre (horas de recuperación o subsanación) puesto que nunca regreso de Perú antes de la quincena de agosto… hasta esta ocasión.

Mis amistades cercanas saben por qué me retiré de Lima tan pronto (31 de julio): un excelente precio al momento de buscar boletos internacioAnales, pero que solo incluía el mes de la Patria y no los días de agosto. Tuve que ser un buen caballero y quedarme solamente por un mes. Estoy contento pues el saldo fue genial: se ahorró dinero, vi a mi familia y ME FUERON A VISITAR. ¿Quiénes? Gente muy especial entre amigos muy cercanos y alguien que vive muy cerca de mi corazón. Los detalles vendrán luego, cuando acabe esta minirecopilación de crónicas.

Y para no hacerla larga (prometo contar más sobre estos días mañana), dejo aquí esta historia, con mi amigo Jarry el Sucio de protagonista, que toma extractos de la vida real, cambia algunos nombres, hace un menjunje y añade algo de ficción (no realmente). Ojalá les guste la tercera crónica para Peru4teens.

J





¡Más grande que Jarrambo o Jarrocky!

(publicado originalmente el 31 de mayo del 2 008)




Cuando recibí la propuesta de contar historias en una revista virtual de modelos, hace ya casi dos meses (10 de abril para ser más exactos), se me vinieron dos enormes sonrisas al rostro. La primera fue por el lógico gusto que siempre produce un voto de confianza de esa naturaleza. En aquella oportunidad le pregunté a V, mi brother de tantos años, ‘Pero... ¿de qué quieren que escriba?' y su respuesta fue bastante halagadora, ‘De lo que TÚ quieras, Jota. Si quieres puede ser una vaina parecida a tu blog ‘Rostros Sociales'... pero la temática es sólo prerrogativa tuya'.

- ¡Chévere! ¡Sí juego!



Veamos... ¿Modelos... o sea, chicas? ¿Historias que puedan ser graciosas? ¿Chicas? ¿Un blog? ¿Chicas? ¿Anécdotas para comentar? ¿Chicas? Que buena combinación de palabras y de pretextos para finalmente soltar lo que un gran amigo mío (o ex-amigo porque a estas alturas ya ni sé) hizo y deshizo a lo largo de un par de años para intentar conquistar y/o encandilar (en el orden que quieran) a una preciosa damita. Utilizando sonrisas, invitaciones, halagos, llamadas y mensajes, nuestro héroe de hoy - a quien llamaremos cariñosamente ‘Jarry el Sucio' (sí, con j) - se puso como meta llegar al corazón (o a la recámara) de la siempre atractiva y sumamente sexy Constanza (como la hija menor del clan Corleone).




Es bueno poner en claro que Constanza fue también uno mis más claros objetos y sujetos del deseo desde mis años adolescentes. Como prima de mi gran amigo Galo (sí, el galanazo que me ‘matrimonió' en los Estados Unidos - sin que yo haya sido invitado o me haya enterado de la boda - para conseguir los favores de Penny, allá por el 2 002), la conocí de la forma más natural en reuniones con los primos y amigos hace más de una década. En alguna otra oportunidad, quizás, contaré como se produjo el tan ansiado acercamiento entre ella y yo solamente después de volver del país del norte. Hubo derroche de energías y bastante pasión de mi parte y también algo de correspondencia. Sin embargo, mientras se daban las cosas de manera muy feliz y favorable para mí... algunas insanas ideas se cocinaban en la siniestra mente de Jarry (con serrucho en mano).

La primera se dio hace muchos calendarios en una fiesta de año nuevo en casa de Galo, cuando era uno de los vecinos ilustres (plop) del siempre bello distrito de Polvo Libre. Por un lado, en cierto momento de la noche me visualizo a solas con Constanza en la cocina del hogar de su primo bebiendo cerveza a más no poder. Además de un par de sonrisitas torpes (estaba chibolo, sin ‘cancha' y, aparte, entorpecido por el alcohol, lo reconozco), no hubo ningún tipo de intento por temor a un eventual rechazo. Evidentemente, todo el mundo finalizó ebrio aquella jornada y su servidor Jota terminó más tarde tumbado en el sofá durmiendo el sueño de los justos (mas no de los vencedores) y olvidándose del resto del planeta (cuando me resucitaron más tarde, seguimos tomando hasta las 6 PM ya sin chicas alrededor). Pues bien, otro asistente a la fiesta (el susodicho Jarry) vio en horas ya mañaneras a la jovencita más guapa (la susodicha Constanza) de pie al lado de la puerta de la casa sin mucho poder de balance. Decidido y envalentonado, se acercó a ella y le preguntó cuales eran sus planes o si ya se iba. No sé lo que ella respondió o con cuanta coherencia lo dijo, pero el asunto es que el protagonista de esta novela la vio en una décima de segundos con los ojos cerrados por la somnolencia... y se acercó para estamparle un ósculo entre los labios. ¿Resultado? Horas después, y en exclusivas declaraciones para Moderna, radio ‘Papá' (cuando hacíamos los honores de rigor a las dos cajas de cerveza que acabábamos de comprar en ‘Palenque'), Jarry aún se sobaba el cachete colorado mientras recordaba una y otra vez la frase del primer día de 1 998:

- ¿Qué te pasa, idiota? ¡¡¡SLAP!!!




Jarry es menor que yo por dos años y pertenece al selecto (replop) linaje de los Salesianos, al igual que Balín, Sexillo, Tristian y mi persona. Quizás debido a su condición de casi menor de edad en ese momento fue que no lo hicimos leña.

Bueno, ¿a quién pretendo engañar? ¡Por supuesto que lo hicimos mierda!

Tuvieron que pasar varios años para que otra ‘oportunidad de oro' se presente. Antes de entrar a la carnecita del presente post déjenme narrar otro antecedente:

Puesto que no tuve el privilegio de ser testigo presencial (aunque me enteré de todo a la mañana siguiente gracias a mis siempre eficientes corresponsales de la capital de Perusalem), tendré que confiar en las versiones que tuvieron a bien narrar los temibles Pier Jodián y Tongolo con respecto a cierta fiesta de cumpleaños ofrecida en el depa de Galo en octubre del 2 003. El homenajeado era el no menos aterrador personaje conocido en los bajos fondos como el Anfibio Jr. (por cierto, cumpliendo con el desarrollo de algunos personajes recurrentes en esta página, este verde amigo también es tío/primo de Galo), quien celebraba un aniversario más de su gloriosa (recontraplop) llegada a este atribulado mundo (como si nuestro planeta de por sí no estuviese ya muy jodido). Los invitados de honor eran - además de varios otros comensales, como mi adorada ex K - los ya mencionados Tongolo, Pier Jodián, Balín, Sexillo, su anfitrión Galo y la leyenda viva de hoy: Jarry el Sucio.

Recurro a un testimonio de primera mano que, muy gentilmente, me hizo llegar - el 4 de noviembre del 2 003 - mi ya mencionada ex enamorada, K, gracias a la magia del correo electrónico (nombres reales han sido omitidos):

‘Ah si fui al cumple de reptil
y fue bacán al principio esta un poco arrochada ya sabes, pero después me
junte a Porky , el Pier y Sexillo con su novia y ahí fue un chongo... ah conocí a
Jarry y sí tiene cabeza de ‘jarri'... estaba bien chistoso pero al final me cayo un
poco pesadito pq se había pasado de tragos...'

Aunque en estas líneas no se percibe ninguna molestia de parte de la que suscribe, yo supe - por el resto de asistentes al tono - que Jarry se había atrevido a rozar ciertas partes de quien fuera dueña de mi corazón por tanto tiempo (o sea el huevón le metió la mano al trasero). Lógico, eso me enfureció, pero al resto parece que lo divirtió porque nacieron los sobrenombres de ‘Maniche' (jugador portugués que un año después defendía sus colores jugando de local en la Eurocopa), ‘Francesco Manassero', etc. Cuando puse un pie en Lima nuevamente, el insolente personaje hizo algo que es una marca registrada de muchos compatriotas: negarlo todo y ahí quedó.

Volvamos a Constanza y a la ‘oportunidad de oro'.

Un año después se reunieron los mismos amigos (menos K) en el mismo escenario para volver a meterse una de las clásicas intoxicadas de alcohol. Esta vez sí estaba la prima, tan bella y coqueta como siempre, y Jarry decidió que era ‘ahora o nunca'. Si no me equivoco (nuevamente recurro a lo que me contaron ‘para mí nomás'), Constanza estaba acompañada de su amiga y conversaban y reían con todos quienes se hallaban cerca.

Mientras tanto, nuestro héroe la veía desde lejos, medía la distancia, se acercaba temeroso, volvía a su rincón, se servía un vaso de ron, miraba al techo murmurando cosas ininteligibles al estilo Chapulín Colorado cuando se cagaba de miedo, se daba ánimos él solo, se metía un cachetadón derramándose el trago tres o cuatro veces ante la sorprendida mirada de otros invitados, avanzaba cinco pasos y retrocedía seis (como algunos glaciares), se servía más ron, más trago, máshh alcohol... mássssssshhh y másssssss... ¡HIP!



Como todos alguna vez hemos mutado o sufrido transformaciones por obra y gracia del licor (siendo Galo, el ‘Borrador', nuestro más afamado abanderado), no puedo criticar duramente a Jarry el Sucio, quien, más sucio que nunca, se acercó decidido a Constanza, dispuesto a sacarse el clavo del sopapo que ella le había estampado seis años atrás. Repito, no se le puede criticar por lo patético de su discurso... pero sí nos podemos burlar de él:

- Constanza (¡HIP!), ¿cómo estáshhh? (besito en el cachete)

- Hola... esteee, Jarry, ¿verdad? Bien, ¿y tú?

- Puessss muy bien, la verdadddd. Sho diría que bashtante (¡hip¡) bien y dedicado a los nuevossss negocioshhhh, actividades y (¡hip!) proyectos.

- ¿Ah sí? ¿Y cuáles son esos negocios, actividades y proyectos?

- ¿No sabesssh? Yo ahorrrrra trabajo para una (¡hip!) agencia de modelos (¡que tal borrachera, carajo!) y me encargo de descubrir nuevos talentos... por cierto, ¿sabeshhh qué? Te puedo hacer (¡buuuurp! ) famosa.
- (Mirándose con su amiga y guiñándose el ojo) ¡Que gracioso eres, Jarry... y que lindo!
- Te hablo en serioooo (meneándose como muñeco porfiado de atrás hacia delante y siempre con el trago en la mano). Podemoshhh discutir de eso despuéshhh... conmigo salessssh ganando... pero ¡salud por eso! (y le tiende el vaso).
- No gracias, amigo... lo que pasa es que yo no tomo ron.
- ¿Nooo? (chess) ¿Y qué tomasshhhh?
- Sólo tomo cerveza, pero ahorita no hay...
- ¿Cervezzzzha? Espérame aquí mismo... no te vayasssssh por favor (burp... y de paso un pedo).
Las crónicas de Arrecharnia nos cuentan que Jarry salió disparado del departamento de Galo empujando a medio mundo, bajó corriendo los cuatro pisos, se tropezó con sus pies, se sacó la mierda en el pavimento, le mentó la madre al arbusto que estaba al lado, le gritó ‘¡Hablaaaaaaa!' con una mueca rarísima (mismo Guasón) al sorprendido vigilante del complejo y siguió con su carrera contra el tiempo rumbo al grifo de la esquina. Allí compró un six pack de cerveza visualizándose él mismo como un triunfador abrazado a Constanza (¡Ay Jarry, que lindo eres... muuuuaaaaaa!)

El joven ganador volvió con su tesoro a la fiesta y de manera muy ceremoniosa se acercó nuevamente a su ‘presa' (‘ahora no se me va', pensaba) y destapó una de las chelas. Efectivamente, Constanza dijo ‘¡Ay gracias, que lindo!', pero no hubo ‘mua', no hubo ‘clic', no hubo más que una sonrisa. Simplemente, bebió dos o tres sorbos del rubio brebaje y se puso de pie:

- Bueno Jarry, ya nos vamos... cuídate, ¿ya? ¡Chau chicos, nos vemos...!

What? La cara del muchacho que sostenía sus cinco cervezas y tres cuartos de botella llena estaba más pálida que de costumbre. No podía creer como, de un segundo a otro, sus esperanzas se veían rotas como una ventana ante un pelotazo. Dicen que hubo risas (estoy seguro de ellos), un par de manazos en la nuca del ex triunfador y finalmente alguien se atrevió cuando Jarry empezó a parpadear y a reaccionar:

- Ya pe' Jarry, ¡juégate una chela!
- ¿Ah?
- Pasa una cerveza...
- ¿Cerveza? ¿Tu tashhh bien (¡hip!) huevónnnnn? ¡Yo compré esta huevada y yo me la voy a chupar solo!
- Putaaaaaaa... que picón...

No sé cuantas aguantó ese cuerpo decadente. La gente invitada ignora a que hora desapareció Jarry (‘¿Habrá subido a los cielos?', se preguntó un despistado), pero él mismo nos contó días más tarde que se recuerda a sí mismo corriendo por la calle como un loco (en un absurdo estado etílico) y de allí la memoria no le dice nada más. ¿Siguiente escena? Él se levanta del suelo en horas matinales rodeado de vómitos por cierta cuadra de la Av. La Marina. Ni siquiera sabe como llegó allí y tampoco conoce ninguna razón o justificación para que se haya despertado con solamente un zapato puesto. Ese es otro de los misterios del universo... ¿qué pasó con el zapato de Jarry?



¿Qué define a los héroes modernos? Probablemente no los súper poderes (aunque me mate mi buen amigo Armando T), sino la perseverancia. Un año después de lo sucedido, específicamente el 31 de diciembre del 2005, Jarry les comentaba a todos ‘¡Ahora sí, carajo! ¡Me voy con Constanza de campamento por año nuevo!' ‘Oye, ya no insistas, cómo te gusta que te choteen, ¿no?' ‘Nada envidiosos, por el msn ya quedé con ella y la voy a recoger en un rato... ¡chau!'
A las 11 PM algunos cuentan que, inexplicablemente, se lo vio a Jarry de nuevo conectado con el nombre ‘Feliz año, por la chesssssumayyy'.

- ¡Oe huevón!, ¿que pasó? ¿No que te ibas con Constanza y de paso lo serruchabas a Jota?
- Pucha... llegué a su jato con todo y carpa y listo... pero justo ella sale de su edificio con un pata... me miró y me dijo ‘Sorry Jarry, pero no voy a poder... que te diviertas, ¿ya? ¡Feliz año!
Esos son nuestros héroes de este blog: los que nunca se rinden, los que vieron ‘Retroceder nunca, rendirse jamás' las 200 veces que la pasaron por canal 4, los que seguirán allí y ahí hasta que les ligue o mueran en el intento. Nuestros heroes son los chicos como Jarry el Sucio.
Donde quiera que él esté... sabemos que lo intentará de nuevo.

J
(Actualizado hoy mismo, 13 de agosto del 2 008)

No tiene absolutamente NADA que ver, pero me pareció medianamente gracioso… es sí, abstenerse damas decentes y caballeros demasiado sensibles al lenguaje grotesco y/o al humor sucio. Aquí está… ¡¡¡EL BANANERO!!!


Thursday, August 6, 2009

Segunda crónica para Peru4teens, con Iron Maiden como protagonista: ‘¿Quién pega, las chicas o el rock & roll?’

Mi segunda entrada en la columna El Lado Oscuro de la Luna debía salir publicada una semana después de haber debutado con ‘¿Los (te) reconoces?’, pero (para variar) me retrasé debido a la escuela. Toda esa semana me la pasé hasta tarde corrigiendo pruebas y revisando trabajos de mis enanos mientras pensaba cual sería el mejor tema para colgar en la página. Recuerdo perfectamente que mi principal factor de motivación durante esos días era el hecho de saber que el jueves iría manejando hasta Houston para ver a los semidioses llamados Iron Maiden, banda que he idolatrado desde mi adolescencia. Ya tenía mi boleto (nadie quiso ir pues no conozco tantos que disfruten de la música metalera… y los pocos ya están casados) y la fecha se prestaba ya que al día siguiente (viernes) no tenía clases.

Con la emoción que me producía la expectativa de ver a estos monstruos, se generaba al mismo tiempo un sentimiento de culpabilidad. Yo sabía que el jueves ya estaba libre de la escuela, pero también sabía que no escribiría nada para el blog en Peru4teens hasta el viernes por la noche o quizás el sábado debido a la perdición que me pensaba meter durante el concierto. Y lo peor es que aun tenía el problema antes mencionado: ¡No tengo tema para El Lado Oscuro de la Luna! ¿De qué diablos voy a escribir? ¿De qué historia loca relacionada con chicas me acuerdo?

Curiosamente, el mismo concierto me dio la respuesta que estaba buscando.

J



¿Quién pega, las chicas o el rock & roll?

(publicado originalmente el 17 de mayo del 2 008)


Para empezar, tengo que disculparme con la buena y paciente gente de PERU4TEENS por esta tremenda demora en la entrega de un nuevo artículo y no haber cumplido con el compromiso de que la presente entrega haya estado colgada el día jueves por la mañana. Sin embargo, no podía dejar de presenciar muy atentamente la aparición de Josselyn Bravo, quien está más buena que la... (que lástima que haya una gran diferencia de años... porque ella es mucho mayor que yo).

No obstante, creo que tengo una buena excusa: el jueves salí corriendo de trabajar de la escuela donde enseño (y tropezándome por el apuro) para subirme a mi carro y manejar por casi cuatro horas, que es la distancia que separa a las ciudades de Dallas y Houston. ¿A qué se debía la prisa? Seis dioses de la música metal, llamados Iron Maiden, se presentaron en concierto como parte de su gira ‘Somewhere BACK in time', y este servidor tenía su boleto desde varias semanas atrás. Parece ser que me olvidé de todas las consignas, pero les dejaré a ustedes, los lectores, el juzgar eso.

Hablando de consignas, me viene a la mente - a raíz de este concierto - como eran mis mañanas durante mi época de instrucción secundaria, o sea aquella etapa de mi vida en la que me empecé a hacer fanático de las versiones más ruidosas del rock. En aquella primera mitad de la década noventera, yo solía tocar mis discos de Metallica, AC/DC o Maiden en mi cuarto elevados a la mayor cantidad posible de decibeles. Con una sonrisa en el rostro recuerdo a mi dulce abuelita gritar (más dulcemente aún) cada día a las 6:30 AM:

- J... M... ¡¡¡BAJA EL VOLUMEN CARAJOOOO!!!
- ¿QUÉ DICEEEES? ¡NO TE ESCUCHOOOOOOOO!


¿Hay acaso algo más puro y sincero que ser fanático de algo? ¿Uno razona coherentemente cuando se trata de seguir aquello que ama? Ojo que no estoy hablando de amor por una pareja. Estar ‘en serio' con una flaca demanda compromisos y un mutuo, no quiero decir sacrificio, pero al menos ‘acomodamiento' de partes. Tu otra ‘media mitad' (estúpida frase porque una ‘media mitad' es en verdad una cuarta parte) exige atención, fidelidad y detalles. Por ello, hoy hablo y escribo sobre aquellas entidades que son más sublimes, trascienden al ser humano, y no te exigen nada en absoluto... porque precisamente nosotros le ofrendamos TODO (atención, fidelidad y detalles). Ser hincha de un equipo de fútbol o de la selección de tu país va más allá del sentido común. ¿Quién en esta página no sueña con ver a Perú en el mundial? ¿Acaso no hemos dicho en alguna ocasión que ‘¡Ahora sí clasificamos!' aunque la realidad sea más dura que galleta de agua? Confieso ser un enfermito (tranquilos que no muerdo) de cosas tan disímiles como Monty Python, Les Luthiers, la Dimensión Desconocida, Isaac Asimov, Mar de Copas, la U, el rock, los viajes y un larguísimo etcétera.

Como muestra de que esto no es floro barato, les contaré lo que pasó después que llegué al Woodland Pavilions (a media hora de Houston), escenario de la tocada que me hizo literalmente llorar el jueves por la noche por espacio de dos horas. El episodio es corto, pero muy ilustrativo, porque me hizo ver y meditar sobre como reacciona el lado menos oscuro de mi lado más oscuro. Esto, cuando la adrenalina está fluyendo al máximo y se están satisfaciendo distintos apetitos primarios al mismo tiempo.

En aquella fecha se había celebrado día de campo en la escuelita y mis alumnos y yo gozamos de muchas actividades físico/recreativas compitiendo contra otros salones. Todos los asistentes (maestros y estudiantes) estábamos en pantalones cortos y camisetas conmemorativas de dicha celebración. La mía era blanca y terminó negra, producto de múltiples caídas en la hierba, revolcones en los trampolines y salpicones de agua no muy purificada. Como sabía que de allí tenía que ‘volar' para no atorarme en el tráfico de la carretera 45, tenía ya preparados en el auto mis súper jeans y un polo negro con la siguiente inscripción:



(algo así como ‘No soy un alcohólico, soy un borracho... los alcohólicos van a sesiones).

No me puse una camiseta de Maiden porque detesto caer en lugares comunes. Sabía de antemano que el coliseo estaría repleto de polos negros con referencias al ‘Fear of The Dark', ‘The Number of the Beast', ‘Run to the Hills' o al ‘Somewhere in Time'. Dicho y hecho: eran tantas que ya daban asco (en medio del goce por presenciar tal entusiasmo). Bueno, me corrijo, no tanto asco como el que sí producían algunos asistentes que ya andaban muy borrachos y semidesnudos (si no han visto un gringo gordo borracho mostrando la mitad de la línea del culo porque se le está bajando peligrosamente el calzoncillo... no han experimentado nunca lo desagradable que puede ser esta vida).

Y fue precisamente el polo que tenía puesto el que empezó a llamar peligrosamente la atención. Después de cruzar las puertas de entrada y buscar mi ubicación (centro, zona 1, fila HH) decidí hacer la primera (de 45) visitas al baño para comprarme la primera (de 46) cervezas. Rumbo a los servicios higiénicos, sentí un ligero puño en mi hombro que me hizo ladear para mirar a los ojos a quien me tocaba tan ‘amistosamente'. Uno de aquellos fanáticos de la vieja escuela, con pinta de alguien que morirá feliz sin desmontar de su motocicleta, me gritó en inglés:

- ¡¡¡HEY!!! ¡Yo tengo esa misma camiseta! ¡¡¡Jajajajajajajaja!!!
- Excelente, bro... a mí me la regaló mi tía abuela (mientras pensaba ‘¡Maldita sea! ¿Y por qué no me habla una hembrita?')

Ese mismo pensamiento me asaltó como tres o cuatro veces más cuando algún otro fulano me pasaba la voz con algo muy parecido a ‘Heeeeeeeey, I AM A DRUNK TOO, SEEEEEEEE???' y me señalaban su gigantesca cerveza.

Al final no me importaba mucho porque, aunque estaba solo, yo había planeado gozar al ver a Maiden y nada malograría tan genial jornada. Lo que no sabía es que a veces los deseos se convierten en realidad sin necesidad de lamparitas mágicas.

Para no hacer la historia larga, ya con chela en mano y después de fumarme un par de ricos cigarrillos, me acomodé en mi ubicación. El boleto decía que la música empezaría a las 7 PM, pero recién media hora después salió a escena un grupo desconocido liderado por una riquísima y sexy cantante que nos ofreció - en medio de una sarta impresionante de vulgaridades, lisuras, obscenidades y groserías - algunos temas bastante sonoros y rápidos.

No toca acá describir mis sentimientos cuando aparecieron en escena Dickinson, Harris, McBrian, Gers, Smith y Murray porque me ocuparía páginas y páginas (felizmente a mí no me gusta escribir mucho). Por más que me cueste, me aguanto las ganas de hacerles partícipe de mi emoción para no aburrir. Sólo dejo aquí la lista de las canciones que nos ofrecieron a los embelesados concurrentes.


Si no me equivoco, aproveché para ir al baño durante Heaven Can Wait porque no es, particularmente, mi tema preferido. Ustedes saben que las canciones son mucho más largas en un concierto... y si son de heavy metal, más aún. Por eso, salí con mucho tiempo de sobra antes de que termine Heaven... y decidí fumarme otro cigarrito sin perder de vista el escenario. Obvio, tenía conmigo mi cuarta y descomunal cerveza Foster (lo mejor de Australia). Fue en eso que veo acercarse en dirección a mí (o a los servicios, que para el caso es lo mismo) a dos jovencitas que se venían muriendo de risa y dando tumbo tras tumbo como producto de la espectacular borrachera en la que estaban sumidas.

Yo pensaba: ‘Mmmmm, si sólo...'. Y para mi sorpresa una de ellas al pasar frente a mí voltea, mira mi polo y me grita en mi bella cara:

- ¡¡¡Heeeeeeeeeeeeeeeeeeeeey!!! (gringos de mierda, ¿no conocen otras interjecciones para llamar a alguien?) ¿Así que eres un borracho? ¡Mira! ¡Yo también estoy borrachaaaa! (y era la más ‘apetecible' de las dos).
- ¡Noooooooooooooo, mi amooooooooooor! (bueno, algo parecido pero en inglés) Fíjate que más bien estoy tratando de dejar el alcohol.
- ¡Jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! (no sigo porque se me gasta la tecla de la A, pero fue una risa larguísima y muy nasal) ¡Tú no vas a dejar nada! ¿OK? (acercándose ‘peligrosamente')
- Bueno, (cof cof) ya no estoy muy seguro...
- ¿Sabes qué? Nosotras vamos al baño, tú nos vas a esperar aquí mismo y cuando regresemos tienes que estar borracho... ¿trato hecho?
- Claro que...lo que tú digas...

¡Mierda! Y yo que pensaba que esas cosas solamente pasaban en las películas o en los comerciales. La noche ya estaba hecha, redonda, servida. Sólo era cuestión de dar las gracias a la teoría de las posibilidades. Ya saben: estar parado cerca al baño a la hora exacta, haber elegido ESE baño, detenerme a fumar un cigarro, salirme de mi asiento a cierta canción, etc. Lo único que debía decidir era si quedarme a esperarlas o no. ¿Qué habrían hecho ustedes?

El ser humano es muy complicado e impredecible (yo mismo me sorprendo a veces). Volteé una vez más para ver como se metían ese par de cuerpos impresionantes a los lavaderos... ¡¡¡Y EMPEZÓ A SONAR LA CANCIÓN FEAR OF THE DARK!!!

¡Y yo empecé a correr!

Como decía al principio, un fanático no tiene por que actuar guiado por el sentido común.

¿Mujeres? ¡Al diablo! Espero que las chicas se hayan divertido mucho después (ellas y algún otro suertudo/suertudos hombre/s).

Yo sí que gocé como chancho.

J




(Actualizado el domingo 1 de junio del 2 008)


Algunos privilegiados mortales, de aquellos que meten y/o se meten (ay) una cámara para penetrar a un concierto, ya colgaron videos de la espectacular tocada que describo líneas arriba (Woodland Pavilions, en Houston, el jueves 15 de mayo del 2 008). A continuación verán como fue la entrada de Iron Maiden al escenario: primero nos bombardearon con escenas de ellos mismos al ritmo del poderosísimo instrumental Transylvania, y luego la voz de Winston Churchill (sí, la misma introducción del legendario show Live After Death), sobre unas escenas de la Segunda Guerra Mundial, nos anunció Aces High. Provecho a todos los fanáticos.

Es loquísimo saber que yo estuve allí.



Wednesday, August 5, 2009

Una breve pausa antes de seguir: las crónicas de mi blog alternativo (El lado oscuro de la luna)

¿Cuándo fue la última vez que se sintieron con una cantidad inaguantable de trabajo acumulado? Para aquellos que trabajan en oficina, con documentos o con cualquier otro tipo de papelería, se les hará algo natural y conocido leer aquí que en ocasiones se junta la chamba de días (o de semanas, meses… y años?) y no se sabe por donde empezar a procesarla.

Ahora ustedes podrán decir (y con justa razón) que yo no trabajo en oficina. Eso es correcto, pero hay una razón por la que menciono esto: mi caso es al revés. Por causa de las labores, que terminaron a fines de junio (hablo del año escolar, incluyendo la escuela de verano) y de mi viaje recién concluído a Lima y a Cuzco en el Perú dejé Rostros Sociales durmiendo el sueño de los justos… hasta hoy.

Tengo en cartera escribir tres crónicas sobre tres momentos especiales en mi visita a Lima durante todo el mes de julio. La primera y la última incluyen a mi promoción y a un grupo de amigos especiales. La segunda involucra gente que también es especial, aunque no amiga (quizás lo sea en cierto modo). Sin embargo, y para ir calentando el ambiente, empezaré con rellenar y compensar el tiempo perdido con las crónicas que vieron la luz en mi blog alternativo: El lado oscuro de la luna, que formó parte durante algunos meses de la revista de modelaje Peru4teens.

Si han seguido el blog desde hace algunos meses o desde su fundación, sabrán que durante el 2008 escribí algunas historias siguiendo la tónica de las relaciones (personales o ajenas) del narrador, en calidad de protagonista u observador, con las mujeres. El lado oscuro de la luna se burlaba de todas aquellas estrategias que los varones hemos usado en distintas ocasiones para conquistar o hacer caer a alguna dama. Me divertí mucho escribiendo esa columna y – si me dejo guiar por los comentarios – creo que los lectores la encontraron entretenida a su vez, pero, como incluso lo bueno llega a su fin, las diversas y ya mencionadas ocupaciones extras me impidieron seguir con ella.

Por eso y sin más palabreo iré colgando, a ritmo diario, cada una de las siete historias que finalmente quedaron en la página Peru4teens. Empiezo con la que sirvió a manera de introducción. Ojalá estén de acuerdo conmigo en que valió la pena que también se expongan por aquí.

¡Un fuerte abrazo y estén atentos a lo que se viene en los siguientes días!

J



¿Los (te) reconoces?

(Publicado originalmente el 3 de mayo del 2 008)


Caso uno (mediados de los 90s):
Balín está bailando un alegre ritmo de un banda argentina, que demostró que ‘cualquiera podía cantar’, con una risueña jovencita en una clasemediera discoteca de Lima cuadrada. Como el muchacho ya captó una muy sotera mirada de interés de parte de ella, decide mandarse con una postura bastante extraña e improvisada, incluso sacando un acento español no se sabe de donde.

– ¡Hola! ¿Cómo te llamaz?

Evidentemente, a la chica se le iluminan los ojos y, en vez de responder la pregunta esgrimida, prefiere contraatacar por inercia con otra:

– Oyeeeeeeeeeeee, tú no eres de acá, ¿verdad?
– Jajajajaja, - ríe Balín entre dientes y volteando la cara (jamás olvidaré esa risa fingidaza y hasta babosona de mi gran amigo) - ¿y cómo lo notazte? ¿Ez que mi azento ez tan fuerte? (plop) Bueno (como dudando avergonzado)… zí. Zoy de España.
– ¿Ah, sí? ¿De qué parte?
– Ey, bien, zoy de la cozta… ¡de Valladolid! (replop).

Vale decir que aún éramos adolescentes y que por ello las expectativas de esa bella etapa consistían en sólo ‘conocer’ a una dama y no ‘levantártela’ (pasarían algunos calendarios para que evolucione nuestra idea de éxito, o sea…‘tiene que salir con presa’). El intercambio de teléfonos fue inevitable, pero el saldo final fue triste y bastante monse. A la semana, este chiquillo nos estaba contando algo así: ‘¿No saben? La flaquita me llamó y me agarró desprevenido. Tuve que cambiar de voz de un momento a otro…. Y me mandó a la mierda… pero está bien porque esa alienada del demonio quería un extranjero, jajajajajaja… con lo chola que era’ (plop, plop, plop, tres veces plop).

(Por cierto, y sólo para las notas mentales, éste es un mapa de España mostrando claramente la ‘costera’ provincia de Valladolid en rojo… y creo que sobran más palabras – no se preocupen que no hay moraleja).



Caso dos (2002): Otro de mis invaluables amigos, el joven Galo, me despidió junto a un grupo grande de camaradas un ya antiguo 7 de febrero del año 2002. Mi destino era el país del norte y mi idea era volver después de seis meses, lo cual no ocurrió porque – y aunque ahora regreso con bastante regularidad - tuvieron que pasar 17 meses para mi inicial retorno. Ya lejos de aquella Tierra Prometida llamada Limón, intercambiaba yo correos bastante encendidos con mi amiga Penny, quien me juraba y rejuraba su cariño, añoranza y ¡hasta amor! (mismo ‘Wish You Were Here’ de Pink Floyd, grupo a quien le debemos el nombre de esta columna). Ahora bien, ¿a quién no le agrada escuchar frases llenas de pasión, aunque sea a través del frío correo electrónico?

Reconozco que eran vitaminas para el ego… hasta que un día empecé a recibir información muy distinta de parte de los corresponsales que dejé en la capital peruana. Supe así que en el cumpleaños de Tongolo, lógicos tragos fueron y vinieron entre los comensales hasta que, frente a toda la ‘pipolada’, la nueva parejita formada por Galo y Penny estrenaron arrumacos, besitos y metidas de mano. Suficiente espectáculo que despertaría habladurías de por sí, pero la joyita de la noche – que produjo comentarios durante varios meses - fue la llegada a tumbos de ambos a las puertas de un hostal de la zona… al cual desafortunadamente no pudieron penetrar (ejem) porque les faltó 10 soles para completar la ‘cazada’.

Evidentemente, todo ese conjunto de historias no tenía por qué molestarme, puesto que Penny y yo no pasábamos de ser amigos (okay, muy amigos). Solamente me incomodó algo su terco insistir en que nada era cierto y que más bien mis amigos ‘nos querían separar’ (recontraplop). Estoy muy contento de decir que hasta el día de hoy, Galo es como uno de mis hermanos, aunque siempre quedará para la anécdota y el baúl de los recuerdos la frase que dirigió a Penny a quemarropa delante de la mancha:

- ‘Chinita, él no te lo va a decir, pero la pura verdad es que Jota ya se casó en los Estados Unidos y no puedes seguir pensando en alguien tan cobarde para decírtelo. En cambio, mis sentimientos hacia ti sí que son honestos’.



Caso tres (2003): Dos tremendos amigos desde épocas escolares conocidos en la farándula limeña como el Anfibio Jr. y el Pier Jodián cayeron, rodeados de otros compañeros, a celebrar un año nuevo por cierta zona juerguística de un relativamente nuevo distrito urbano. Horas más adelante, el resto de gente se había dispersado y, aunque ocurrieron múltiples hechos curiosos durante los mismos lapsos (como la declaratoria de amor de Roco a Galo, por ejemplo), ellos decidieron permanecer juntos para ser fieles a su instinto de cazadores. Eran dos mentes enfocadas en la búsqueda de sus presas por la ciudad mientras el motor del auto del Pier rugía en tempestad (es que me gusta la canción de Frágil pues). El objetivo era más que claro, pero como la amistad era lo primero, quedaba firmemente establecido que de lo que se trataría sería el de buscar el bien común (o sea flacas para ambos).

Las versiones varían en este punto porque es difícil saber exactamente a que hora empezaron a charlar y beber con una par de damiselas. Una de ellas finalmente se aburrió de la cháchara insípida del Anfibio y decidió retirarse, dejando a su amiga bien contenta en compañía del motorizado Sr. Jodián. La lógica nos diría que a alguien le correspondía hidalgamente ser buen perdedor, ¿cierto? Sin embargo, se produjo este diálogo entre el comemoscas y la chiquilla mientras el afortunado galán (superextraplop) andaba por el baño:

- Amiga, escúchame bien lo que te voy a decir… no te vayas con mi pata porque ¡ese es una mierda! Hazme caso, te va a tratar mal y te vas a arrepentir.
- ?
- Sí, en serio, no lo hago de picón. Sólo te estoy tratando de proteger de él porque ya lo he gozado antes. Se transforma como no tienes idea. ¡Mejor vente conmigo! (tratando de esbozar la sonrisa más sexy jamás vista en el sorprendente y salvaje mundo de los animales).
- ¿Por qué estás diciendo esas cosas de tu amigo? ¿Acaso estarías con él si fuera de verdad así?
- Porque solamente se pone de esa manera con las mujeres. Creo que es un trauma. La violencia física no la emplea contra los hombres.
- Este…

(y justo vuelve el Pier del rincón de los tazones blancos en el piso)…

- …¿sabes qué amigo? Muchas gracias pero… ¡correré el riesgo! ¿Vámonos ya por favor?
- ¡No se vayan! Flaca, ¡ya sabes lo que te he dicho!

(Los dos amantes de turno haciendo adiós con la mano)

- Chau Anfibio Jr… ¡Chévere contigo! (y con la voz de Augusto Ferrando despidiéndose hasta el próximo sábado) ¡Feliz añoooooooooooooooooooooooooooooo! (¡¡¡rummmmm!!! entre nubes de polvo).



Señores, el que esté libre del pecado de haber sido deshonesto alguna vez en su vida para intentar conseguir los favores de una mujer tiene toda la libertad de lanzar piedrones a este blog. Aquella persona que nunca se haya salido de las consignas y el respeto a los demás por alocarse frente a una dama puede dar ahora un paso al frente. Pregúntense que es lo más gracioso (al estilo Balín), lo más cínico (como Galo) o lo más destructivo (¡habla Anfibio!) que han planeado por conseguir el gol de la victoria. No es el instante de hablar de ética ni de moral (acá no se juzga, sólo se hace mofa). Simplemente busquen entre esos recuerdos lo más cruento, maligno o falso que han sido capaces de hacer durante el transcurso de sus existencias.

En forma inicial, este espacio está concebido para mostrar aquellas caras que solamente usamos en situaciones de alta tensión. Principalmente, tocaré el caso de las féminas como bien y valor supremo y como objetivo capaz de hacernos crear las más insanas estrategias de guerra. Sin embargo, también veremos otros aspectos menos explorados y expuestos frente a la sociedad: vicios, catarsis, excesos, locuras y genialidades (que van de la mano por lo general). Revisaremos y nos burlaremos del lado que generalmente está confinado/condenado a la opinión negativa de la mayoría… aunque esa misma mayoría recurra a ese mismo lado cuando nadie más los ve.

Este es el rincón para celebrar esa parte de ti. Este es el espacio para reflexionar por qué hiciste algo tan bajo y por qué lo volverás a hacer muy pronto. Aquí encontrarás identificación, pero también negación. El fascinante tema de la identidad, de los rostros sociales, expresará en esta página su faceta más descontrolada. Bienvenidos sean todos.

Éste es El Lado Oscuro de la Luna.

J